lunes, 3 de junio de 2013

Un placer peculiar.

Este, mi último artículo de este curso, dedicada a un placer especial, un placer que, quizás, a muchos parezca absurdo porque para ellos no tenga importancia, sin embargo, para mi, es una de las cosas que mas relaja, me da confianza y me hace feliz.

Mi placer comienza, habitualmente, hacia la tarde cuando estoy en casa, con una de las personas más importantes de mi vida. Él se sienta a mi lado, me abraza, y en ese momento cuando siento su piel rugosa, a causa de su duro trabajo para llevar adelante a su familia, tocando la mía, aun suave debido a mi joven edad, no solo siento alguien que te abraza. No, siento algo más. Siento un cariño especial, un cariño que me inspira confianza, seguridad y sobre todo amor, porque él es, seguro, una de las personas que más me quiere, eso no lo dudo. Además cuando él me cuidaba de pequeña, a pesar de llegar tarde de su trabajo, se le iluminaba la cara al bañarme, al jugar conmigo, al alimentarme. Él era feliz, y ¿existe algo más bonito que ver como él sonríe porque te quiere?
Yo creo que es, sin duda, uno de lo placeres más bonitos del mundo.


Y, normalmente, a cierta edad él deja de ser esa persona con la que te gusta pasar tu tiempo pero, para mí, me encantaría poder pasar mas tiempo con él de lo que paso. Y a la noche, cuando estamos cenando y viendo juntos la televisión, es uno de los momentos mas bonitos del día porque a pesar de que esta cansado, hablamos de nuestro día a día y noto un sentimiento de felicidad, tranquilidad y percibo esa mirada iluminada cuando le abrazo o le doy un beso en la mejilla. Y cuando él me abraza siento una paz interior porque él esta ahí y no me va a abandonar, porque me quiere y yo lo noto. Y entonces deseo que no se acabe ese momento, que no sea un día nuevo. No hay secretos entre nosotros y si tengo dudas él esta para ayudarme sin nada a cambio. Me apoya y me enseña.
Al acabar de cenar, nos tumbamos en el sofá, en su regazo, él me da un leve abrazo o, incluso, me hace "cosquillitas" en la cabeza. Y me paro a pensar lo afortunada que soy teniéndolo a mi lado, poder pasar el tiempo que paso con él y por la relación tan buena que tenemos. A veces incluso me quedo dormida entre sus brazos y cuando despierto no me siento dolorida por alguna mala postura, no, son las veces que mas descansada estoy porque me trasmite paz, cuando duermo abrazada a él descanso bien, no pienso en preocupaciones, todo los problemas dejan de existir.
Y cuando pienso en el para escribir el artículo me emociono. Será porque más que un placer, es parte de mi felicidad.
Y si queda alguna duda, él, mi placer, es mi padre.